LA TENDENCIA ESPIRITUAL DEL DESTINO HUMANO.


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 ESPIRITUAL EN ADICCIONES.      
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Extraído de:
La exteriorización
de la Jerarquía.
Alice A. Bailey
Fundación Lucis.

27/03/2020.

1939.
LA TENDENCIA ESPIRITUAL DEL DESTINO HUMANO.

En esta hora de crisis, ansiedad y suspenso, hay ciertas cosas que harían bien en recordar y otras que deberían tratar de llevar a cabo.

Lo primero que quisiera recordarles es que: La Jerarquía permanece. Detrás de todo lo que acontece actualmente se halla como hasta ahora el mismo grupo de Fuerzas espirituales y los mismos Hermanos Mayores y Maestros, guiando a la humanidad por el sendero de la vida y llevándola segura y satisfactoriamente a la etapa actual de desarrollo. El Buda, y el Cristo, Que expresa para nosotros el inmutable amor de Dios, siguen estando con nosotros, y la Jerarquía permanece como una fortaleza entre nosotros y el posible desastre; este centro de vida espiritual es "como la sombra de una gran roca en una tierra calcinada".

Lo otro que deberían recordar es que el género humano ha ido constantemente adelante, pasando de un estado de ciega ignorancia e inconsciencia, a otro de preocupación inteligente por la vida y a un creciente sentido de responsabilidad. Este sentido de responsabilidad, que va despertándose en todos ustedes, es –en su actual gran escala— relativamente nuevo y uno de los factores que aumentan definidamente la aflicción y el dolor que todos sienten.

Quizás se pregunten dónde, como raza, hemos fracasado y qué podemos hacer para rectificar nuestros errores. No obstante, a pesar de todo, los hombres han ido de una etapa a otra de desenvolvimiento inteligente y espiritual y, sin tener en cuenta cuáles hayan sido o puedan ser los sucesos externos, la raza ha hecho un progreso real. No ha habido retroceso alguno y no lo habrá. La humanidad ha capeado muchos temporales y sobrevivido a muchas dificultades; los hombres han salido mejores y más fuertes, de períodos de crisis, purificados “como por el fuego” acercándose definidamente más a la meta.
Les recordaré también la integridad y la solidaridad de la familia humana. Somos un solo pueblo –uno en nuestras relaciones, capacidades y deseos, en nuestro origen y nuestra meta. Esta integridad esencial y reconocible está surgiendo poderosamente hoy en la conciencia humana. Quizás piensen que esto no es así, que al creerlo, su posición es excepcional y que son algo fuera de lo común, pero ustedes están equivocados y no se ajustan a los hechos. En todos los países y entre los diversos pueblos, existe el mismo deseo de comprensión, de establecer relaciones rectas y pacíficas y de expresar esa básica buena voluntad que es una de las características humanas más profundas y nuestra herencia divina.

A mi parecer éstas son las cosas importantes del momento y haríamos bien en recordarlas. ¿Quisieran recordarlo? Cualquier cosa que suceda en el mundo –guerra y paz, lucha y agresión, tratativas y conciliación comprensiva— enfrentaremos un difícil período de reajuste, y debemos estar preparados para ello. Los próximos tres años son críticos, y esto se ha repetido a menudo.

Mucho dependerá de lo que ustedes, y todos los hombres de buena voluntad y los discípulos, piensen y hagan. Quisiera recordarles otra cosa muy alentadora y es que el poder que manejan quienes tratan de vivir como almas y están en contacto con el alma y el mundo de realidades espirituales, está fuera de toda proporción según el sentido de poder y utilidad captado.

Cuando se esfuerzan en manejar fuerza espiritual, constructiva y altruistamente, poseen más poder de lo que creen. Si a esta comprensión añaden el reconocimiento de que no están solos, que existen sin excepción en todos los países, en toda religión, grupo u organización, personas con visión similar a la de ustedes y con los mismos ideales y aspiraciones espirituales, pueden entonces avanzar con valor y con esperanzada fe. Si éste es un enunciado de un hecho (y creo que lo es), avancemos al unísono con nuestros hermanos de todas partes, conscientes de la oportunidad, la fortaleza, la responsabilidad y la alegría de servir.

Respecto a algunas de las cosas que pueden realizar, sugeriría lo siguiente. No permitan ser arrastrados por ninguna psicosis de temor, ni precipitados en ninguna actitud donde la ansiedad, la intranquilidad y el desamparo del mundo puedan abrumarlos. Esfuércense por permanecer en el ser espiritual. Cada semana, durante la meditación, traten de asumir esa actitud con una nueva y fresca determinación y mantenerla durante las horas de servicio que tiene por delante cada día. Esto no será fácil, pero pueden realizarlo si obtienen la suficiente calma durante cinco minutos cada mañana –completa e internamente— y si llenan sus días con una ocupación vital y un verdadero servicio, vigilando con cuidado todo pensamiento y cada palabra.

De ahora en adelante, que cada uno obtenga el control de la palabra, que ha sido a menudo su meta, pero raras veces lo lograron, y recuerden que el factor más poderoso para controlar la palabra es un corazón amoroso. La charla desordenada y desbocada, una conversación plena de odio, una insinuación cruel, una sospecha, la atribución de móviles erróneos y malintencionados a personas y pueblos y la diversidad de actitudes que separaron a las numerosas naciones del mundo, abundan en la actualidad y llevaron a la actual situación angustiosa.

Es muy fácil adoptar las mismas costumbres de hablar y pensar que prevalecen a nuestro alrededor y participar de las habladurías y demostraciones de odio. Cuídense esforzadamente de esto y no digan nada que pueda encender el odio y la suspicacia respecto a cualquier raza, persona, grupo o líder de grupos y naciones. Deberán precaverse cuidadosamente para, aun en defensa de lo que personal o nacionalmente puedan aprobar, no dejarse llevar por el odio y quebrantar la ley del amor –única ley que puede salvar verdaderamente al mundo. Quizás la clave para el éxito en esta línea sea el silencio de un corazón amoroso.

Además será conveniente cultivar la alegría que trae fortaleza. No es el momento de estar tristes, desesperados o deprimidos. Si permiten que los dominen, serán puntos focales negativos y destructivos en su medio ambiente. Si creen realmente que la vida espiritual es fundamental en el mundo actual; si piensan que la divinidad guía al mundo; si en verdad captan el hecho de que todos los hombres son sus hermanos y que todos somos hijos del Padre Uno, y si están convencidos de que el corazón de la humanidad es sano, ¿no son acaso estas ideas suficientemente poderosas para mantenernos gozosamente firmes ante un mundo cambiante?

Por lo tanto, ¿quisieran adoptar las siguientes ideas?:

Primero, que la Jerarquía de las Fuerzas espirituales permanece en el Ser espiritual.
Segundo, que nosotros también podemos permanecer firmes en el Ser espiritual.
Tercero, que el silencio de un corazón amoroso debería ser nuestra nota clave para el   año venidero.
Cuarto, que la fuerza para poder permanecer, es resultado de una gozosa actitud y de una verdadera orientación hacia el alma.
La Exteriorización de la Jerarquía Alice A. Bailey Fundación Lucis. 

“AYUDE A UN ADICTO Y SI NO PUEDE AL MENOS NO LO LASTIME”

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