Las Siete Razas Raíz.
Las Siete Razas Raíz.
Apreciable amigo y condiscípulo:
Como hemos estado
estudiando en el Foro, podemos ver, lo que desde un principio les comenté, que
el estudio era bastante abstruso y no para todo público pero nos preguntan y
tenemos que responder, dejamos a su libre albedrío esta información para que se
tenga noción del Plan de La Jerarquía y que se tiene que cumplir.
Toda la información
la encuentran por supuesto en la Doctrina Secreta de Blavatsky y en el Glosario
Teosófico.
* Raza.- Véase: Raza
adámica, Raza andrógina, Raza humana, Raza-madre o Raza-raíz, etc. (G.T.
H.P.B.)
* Raza adámica.- Es
la raza humana que, según la Biblia, desciende de los simbólicos Adán y Eva.
Según la Doctrina Secreta, hubo antes de ésta cuatro grandes razas, cuyos
nombres varían según los diferentes pueblos y las escrituras de los mismos.
(Doctrina Secreta, II, 5). (G.T. H.P.B.)
* Raza andrógina.-
La raza cuyos individuos reúnen los dos sexos. Es la raza tercera. A esta raza
elude el Génesis (I, 27) cuando dice: “Y creó Dios al hombre a su imagen… macho
y hembra los creó”. Como leemos en el Libro de Dzyan, “los grandes Chohans
llamaron a los Señores de la Luna, a los de los cuerpos aéreos, y les dijeron:
Producid Hombres, Hombres de vuestra naturaleza… Machos-hembras serán…”
(Estancia III, 12). (G.T. H.P.B.)
* Raza aria.- Es la
quinta Raza-madre. -(Véase: Raza quinta). (G.T. H.P.B.)
* Raza atlántica.-
Es la cuarta Raza-madre. Desde el principio de la Raza atlántica han transcurrido
muchos millones de años, y a pesor de esto encontramos los últimos atlantes mezclados
aun con el elemento ario 11.000 años atrás (Doctrina Secreta, II, 463). -Los
atlantes fueron la primera raza verdaderamente humana y terrestre. (Véase Raza
cuarta). (G.T. H.P.B.)
* Raza chhâyâ.- A
esta raza se refiere el Libro de Dzyan (Estancia IV, 15) cuando dice: “Siete
veces siete sombras (Chhâyâs) de Hombres futuros (amânasas, sin mente)
nacieron. Cada una de su propio color y especie. Cada una inferior a su Padre
(creador). Los Padres, los Sin-huesos, no podían dar vida a seres con huesos. Su
prole eran bhûtas (fantasmas o larvas), sin forma ni mente. Por esto son
llamados Raza chhâyâ (sombra o imagen astral; esto es, una sombra sin
sentido).” -De esta raza, andando el tiempo, y con ayuda de grandes Seres
(Dhyân Chohans, Pitris, etc.), procedió el hombre físico y dotado de
inteligencia. (G.T. H.P.B.)
* Raza espiritual.-
Los diez Patriarcas prediluvianos, los Prajâpatis y Sephiroth guiados por la
misma Divinidad creadora. (Doct. Secr., II, 137). (G.T. H.P.B.)
* Razas etéreas.-
Así se denominan las numerosas clases de Dhyân Chohans o Devas (entidades
avanzadas de un período planetario precedente). -(Doctr. Secr., II, 243). -Las
tres primeras razas, o sean las de la humanidad en su período de involución o
descenso, eran etéreas, formando así un tipo intermedio entre el animal y los
dioses. (Id., II, 707). (G.T. H.P.B.)
* Razas humanas.-
Son en número de siete, y están íntimamente relacionadas con la doctrina de la
Cadena planetaria. Admitida la séptuple naturaleza del hombre, cada uno de sus
principales guarda relación con un plano, un planeta y una raza. Las Razas
humanas nacen la una de la otra, crecen, se desarrollan, envejecen y mueren.
Las subrazas siguen la misma regla. Cada Raza-madre, con sus correspondientes
subrazas e innumerables subdivisiones en familias y tribus, es enteramente
distinta de la Raza que la precede y de la que le sigue.
Cada una de las
siete Razas, así como la más mínima división de ellas, se divide en cuatro
edades: de oro, de plata, de bronce y de hierro. De las siete Razas, cinco han
aparecido ya y han completado casi su cadena terrestre; y otras dos tienen que
aparecer todavía en esta Ronda. Nuestra quinta Raza-madre existe ya como Raza
sui géneris y por completo independiente de su tronco-padre, desde hace un
millón de años; de lo cual puede inferirse que cada una de sus cuatro subrazas
precedentes ha vivido unos 210.000 años; así, cada raza-familia tiene un
promedio de existencia de unos 30.000 años; y así también la raza-familia
europea tiene aún bastante miles de años de vida, aun cuando las naciones, o
sean las innumerables espinas que hay en ella, varían con cada “estación”
sucesiva de tres o cuatro mil años. (Doctr. Secr., II, 453, 454). La quinta
Raza (la aria) es la que actualmente sigue su curso en nuestro globo, coexistiendo
con una gran parte de la cuarta Raza (constituida por los tártaros, chinos y
mongoles), y con algunos restos de la tercera (aborígenes de la Australia y
hotentotes). -El curso de las Razas humanas corresponde a los grandes períodos
de involución o descenso, de equilibrio y de evolución o ascenso. (Véase:
Cadena planetaria). En el período de involución, o descenso, se desarrollaron
las tres primeras Razas; en el de equilibrio se desenvolvió la cuarta Raza, y
el período de evolución o ascenso corresponde a las Razas quinta, sexta y
séptima. (Doctr. Secr., passim). (G.T. H.P.B.)
Primera Raza.-
Apareció bajo la protección del Sol (o más bien de Urano, que místicamente lo
representa). Por residir la conciencia en el plano âtmico, estas formas fueron
denominadas Raza de los Dioses, hijos del Yoga, (pues los Pitris emanaron sus
sombras (chhâyâs) mientras se hallaban entregados a la meditación), y nacidos
de sí mismos, por no haberlos procreado padres humanos. Son formas enormes,
filamentosas, proteicas y etéreas, bhûtas sin sexo, exudadas de los etéreos
cuerpos de sus progenitores.
Podían estos seres
estar parados, andar, correr, volar; sin embargo, no eran más que un chhâyâ,
una sombra insensible, dotada sólo de un oído rudimentario y de una vaga
conciencia del fuego. Esta Raza se reproducía por escisión o brote; el
individuo crecía, aumentaba en tamaño, y entonces se dividía en dos mitades
iguales, al principio, y en sus últimas etapas en porciones desiguales, de las
que dimanaban seres más pequeños, que a su vez crecían y daban origen a nueva
prole. En esta primera Raza no hubo ninguna primera subraza definida, si bien
podemos indicar siete etapas de desarrollo o cambios evolucionarios. Ninguno de
estos seres podía morir, “ni el fuego ni el agua podían destruirlos”.
El fuego era su
elemento. -Esta Raza residía en la primera tierra firme que apareció en el globo,
el pico del Monte Merú, el extremo del polo Norte, el comienzo de la
imperecedera Tierra Sagrada, la tierra de los devas, llamada también
Zvetadvîpa, la Isla Blanca o Tierra central, cuyo clima era como el de una
deliciosa primavera. Esta tierra ha de ser sucesivamente la cuna de cada Raza
humana bajo el Imperio de Dhruva, el Señor de la Estrella Polar, cualquiera que
sea el punto adonde haya de dirigirse después de su nacimiento. (G.T. H.P.B.)
Segunda Raza.- Nació
bajo la influencia del planeta Júpiter (Brihaspati). Los espíritus de la
Naturaleza o devas inferiores conglomeraron en derredor de los chhâyâs
(sombras) películas de materia más densa, formando una especie de tupida
envoltura externa, y lo exterior, (el chhâyâ) de la primera Raza vino a ser lo
interior (el doble etéreo) de la segunda. Estas formas filamentosas y de
brillantes colores (amarillo de oro, anaranjado, etc.), heterogéneas en apariencia,
de figura diversa, semejaban vegetales o animales, y a menudo tenían unos
contornos semihumanos. Flotaban en el espacio, trepaban, deslizábanse de acá
para acullá, y se llamaban con unos sonidos aflautados.
La conciencia de la
Mónada en esta Raza responde débilmente a la conciencia búddhica. Adquiere un
nuevo sentido, el del tacto, respondiendo así a las impresiones del aire y del
fuego. Esta Raza ofrecía dos principales tipos de reproducción: por expansión y
brote (generación sexual), y por medio del sudor con indicios de sexualidad,
por lo que se dio a sus individuos el nombre de andróginos latentes. Esta Raza
pasó a residir en el segundo Continente, llamado Hiperbóreo o Plakcha, que
ocupaba el actual norte de Asia, junto con Groenlandia y la península de
Kamschatka. Formaban también parte de este continente la isla de Spitzber,
Suecia y Noruega, extendiéndose por el sudoeste hasta más allá de las Islas
Británicas. La bahía de Baffin era entonces tierra firme. El clima era
tropical, y el suelo estaba cubierto de abundante vegetación. (G.T. H.P.B.)
Tercera Raza
(Lemuriana).- Ofrece tres tipos perfectamente definidos que designaremos con
los nombres de tercera prima, tercera media y tercera última. La tercera prima
nació bajo el imperio de Zukra (Venus), gracias a cuya influencia se
desarrollaron los hermafroditas, quedando las razas separadas bajo Lohitânga
(Marte), que es la encarnación de Kâma o naturaleza pasional. Como todas las
formas entonces existentes en la tierra, el hombre era de estatura gigantesca.
Era rojo con mucha variedad de matices; tenía la frente deprimida, la nariz
chata y las mandíbulas abultadas y salientes. Los divinos andróginos eran de un
hermoso y espléndido tinte rojo dorado.
En esta Raza se
desarrolló el órgano de la visión; al principio era un ojo único en medio de la
frente (llamado más tarde tercer ojo), que brillaba como una joya en su órbita;
más adelante fueron dos ojos, pero éstos no tuvieron completo uso hasta la
tercera subraza de la tercera Raza; y únicamente en la cuarta Raza, cuando el
tercer ojo retrocedió al interior convirtiéndose en glándula pineal, añadió el
sentido de la vista a los del oído y del tacto. En cuanto a la conciencia, la
tercera Raza, por su contacto con Âtma-Buddhi-Manas, demostró trinidad. A la
conciencia de los contactos del fuego y del aire, añadió los del agua.
El lenguaje pasó a
ser monosilábico. La reproducción era de tres tipos: en la primera subraza se
efectuaba por gotas de sudor, y apenas se distinguía el signo sexual en el
cuerpo; gradualmente apareció la generación ovípara (tercera y cuarta subraza),
produciendo seres hermafroditas al principio, y más tarde con predominio de un
solo sexo, hasta que por fin nacieron del huevo varones y hembras; en la quinta
subraza empieza el huevo a quedar retenido en el seno materno, y nace la
criatura débil y desvalida; por último, en la sexta y séptima subrazas ya es
general la generación por ayuntamiento de sexos. El hombre de la tercera Raza
era contemporáneo del pterodáctilo, del megalosauro y otros animales
gigantescos. La cuna de esta Raza fue la Lemuria, llamada Zâlmali en las
historias antiguas. (G.T. H.P.B.)
Cuarta Raza
(Atlántica).- Fue engendrada por la tercera Raza unos ocho millones de años
atrás, a cuyo fin el Manú de la cuarta Raza eligió de entre la anterior los
tipos más adecuados, a quienes condujo a la imperecedera Tierra sagrada para
librarlos del cataclismo lemuriano. Nació la cuarta Raza bajo la influencia de
Soma (la Luna) y de Zani (Saturno); a la influencia de este último astro se
debió en parte muy principal el gran desarrollo de la inteligencia concreta que
caracteriza la subraza tolteca. El lenguaje era aglutinante; pero andando el
tiempo adquirió flexión, y en esa modalidad se transmitió a la quinta Raza.
Cuna de la cuarta Raza fue el vastísimo continente de la Atlántida. (Véase esta
palabra). La inmensa mayoría de los habitantes del globo pertenece todavía a la
cuarta Raza. Las siete subrazas de ésta son: 1) la Ramoahal; 2) la Tlavatli; 3)
la Tolteca; 4) la Turania; 5) la Semítica; 6) la Akkadiana, 7) la Mongólica.
Entre ellas merece mencionarse, por su alto grado de civilización, la tolteca,
que conocía a fondo la química, la astronomía, la agricultura y la alquimía;
estaba también muy versada en la magia negra, gran parte de la cual tenía por
instrumento el hábil empleo de los “rayos obscuros” de la luna, o sean las
emanaciones de la porción obscura de este astro. (G.T. H.P.B.)
Quinta Raza (Aria).-
Es la actual raza blanca del globo. Se desarrolló bajo la protección de Budha
(Mercurio), pues su principal objetivo era el desenvolvimiento de la mente, y a
este fin, el planeta de la sabiduría bañó con sus benéficos efluvios la cuna de
la Raza. Hace ya un millón de años el Manú Vaivasvata seleccionó de entre la
subraza semítica de la Raza atlántica las simientes de la quinta Raza-madre y
las condujo a la imperecedera Tierra sagrada. Edad tras edad, fue modelando el
núleo de la humanidad futura.
Allí se añadió el
quinto sentido (olfato) a los otro cuatro, quedando el hombre tal como es en el
estado presente. Allí el Manú congregó las más brillantes inteligencias y los
caracteres más puros para que renazcan en las formas que El desarrolla. Una vez
que hubo establecido el tipo de su Raza, la condujo al Asia Central, en donde
moró por largo tiempo, fijando allí la residencia de la Raza cuyos brotes habían
de ramificarse en diversas direcciones. Esta Raza tiene las siguientes
subrazas: 1) la Aria; 2) la Ario-semítica; 3) la Irania; 4) la Céltica; 5) la
Teutónica. La sexta y la séptima floreceran en el Norte y Sur de América. (G.T.
H.P.B.)
Sexta Raza.- Estará
caracterizada por su desarrollo espiritual, por la adquisición del sexto sentido,
o sea la clarividencia astral, y por sus tendencias unitarias. Poblará el
continente Zâha, cuya emersión inicial ocurrirá en el punto donde actualmente
se halla la América del Norte, que con antelación habrá sido cuarteada por
terremotos y fuegos volcánicos. (G.T. H.P.B.)
Séptima Raza.- Se
caracterizará por su completo desarrollo espiritual, por la adquisición del
séptimo sentido, o sea la clarividencia mental, y por el pleno reconocimiento
de la unidad. Florecerá en el séptimo continente, llamado Pukchara, cuyo centro
ha de estar en el punto en donde se halla actualmente la América del Sur. Al
terminar la vida geológica de este continente, sobrevendrá el fin de nuestro
globo, cayendo en apacible sueño después del larguísimo día de trabajo y
vigilia. (A. Besant -Schwarz: Genealogía del Hombre.) -Para conocer las relaciones
existentes entre las Razas humanas y los diversos Manús, véase: Doctrina
Secreta, II, 321-322. -Véase: Rondas. (G.T. H.P.B.)
* Raza-lunar.-
Véase: Razas solar y lunar. (G.T. H.P.B.)
* Raza-madre o
Raza-raíz.- Se llamó así a cada una de las Razas humanas en general, para
diferenciarlas de las subrazas respectivas, como se diferencia el tronco de un
árbol de las ramas que de él salen. (G.T. H.P.B.)
* Raza pre adámica.-
Los principales dioses y héroes de la cuarta y quinta Razas, de antigüedad más
reciente, son las imágenes deificadas de estos Hombres de la tercera. Los días
de su pureza fisiológica y los de su llamada Caída han sobrevivido tanto en el
corazón como en la memoria de sus descendientes. De ahí la naturaleza dual que
presentan estos dioses, cuyas virtudes, así como sus pecados, han sido
exaltados hasta el último extremo en las biografías compuestas por la
posteridad. Estas eran las razas pre adámicas, y divinas, de las que la teología,
para la cual todas ellas son “malditas razas de Caín”, empieza ahora a
ocuparse. -Las razas pre adámicas del Zohar son la quinta Raza-madre. (Doctrina
Secreta, II, 181-745). (G.T. H.P.B.)
* Raza-raíz.- Véase:
Raza-madre. (G.T. H.P.B.)
* Razas solar y
lunar.- Las primitivas leyendas de la historia de la India hacen mención de dos
dinastías ahora perdidas en la noche de los tiempos. La primera de ellas era la
dinastía de los reyes de la “raza del sol”, que reinó en Ayodhyâ (actualmente
Oude); y la segunda era la de la “raza de la luna”, que reinó en Pruyag
(Allahabad). -(Isis sin velo, II, 437-438). (G.T. H.P.B.)
“AYUDE A UN ADICTO Y SI NO PUEDE AL MENOS NO LO LASTIME”
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