ES POSIBLE LA M AGIA NEGRA?


Material compilado únicamente para las Adicciones sin fines de Lucro. 

Envenenamiento Mental
por
D r. H. S p e n c e r L e w i s .


¿ES POSIBLE LA M AGIA NEGRA?

EN TODAS las edades ha existido una superstición en la creencia del “mal de ojo,” en el poder sutil e intangible de la Magia Negra, y en la mente avasalladora del hipnotista.

Viajando uno por tales países como el Egipto en estos tiempos modernos, nos causa gran impresión dos hechos extraños; casi en todos los hogares nativos o casas de habitación, sin fijarse en su forma primitiva o ruinosa, aparece una pantalla azul sobre alguna ventana, o a falta de ésta, una mancha de pintura azul en la pared exterior, o un collar de cuentas de color azul en el cuello de toda criatura viviente, asnos y camellos inclusivo, y la mayoría de los nativos adultos; y siempre un azul en el cuello, un azul de la misma intensidad, azul turquí. El otro caso es que los hombres y mujeres, en su mayoría, por aquellas tierras, tienen un ojo casi cegado o defectuoso, u obstruido feamente por una verruga, cosa que se observa hasta en los niños y niñas de edad escolar.

 A primera vista es difícil darse cuenta de que exista relación alguna entre la pantalla azul, la mancha de pintura y el rosario de cuentas del mismo color, con lo del ojo estropeado. Mas al investigar un poco encontramos que todas estas señales, según creencia de aquella gente, sirven de protección absoluta contra la influencia del mal de ojo, o del poder mágico de mentes perversas pero invisibles aunque siempre presentes e omnipotentes.

Es un hecho que desde tiempo inmemorial los creyentes en dicha superstición, acostumbran a dar a sus niños vedándolos un ojo, o bien se los queman con un instrumento obtuso, o se lo rasgan con la uña de uno de los dedos de la mano izquierda con la idea de desfigurárselo, de modo que en toda su vida, aun hasta en la vejez, su apariencia horripilante ahuyenta al demonio, de la misma manera que creen lo hace la pantalla azul, la mancha de pintura y la sarta de cuentas azules.

 Al encontrar aun en nuestros tiempos la existencia de tales creencias en países incultos o semi civilizados cuyos habitantes tienen que mezclarse anual mente con millones de turistas de países civilizados que no recurren a tales formas de protección mágica, venimos a comprender cuan difícil es borrar de la imaginación y consciencia de los seres humanos toda creencia engendrada por la ignorancia, fortificada por las tradiciones a través de las edades, y al parecer, probada por extrañas coincidencias.

En otros países, varias formas de conjuraciones, el incendio de hierbas silvestres, la inmolación de pequeños animales domésticos, bañarse o sumergirse en aguas polutas, flagelarse partes del cuerpo, llevar al cuello un amuleto a talismán, o beber podones extrañamente condimentadas, se considera como segura protección contra poderes mágicos de cualquier clase.

Y aun en los más modernos de nuestros países civilizados, y entre los más inteligentes seres humanos de nuestros días, se observan creencias supersticiosas que son igualmente tan extraordinarias, tan fanáticas y precisamente tan insanas e inexcusables como las que he mencionado.

 Entre las supersticiones existentes en los países altamente civilizados y evolucionados hay las que atribuyen a ciertos individuos de la raza humana, el poder y habilidad para hacer uso de formas mágicas y por medio de ellas transmitir malos pensamientos destructores mantenidos en su mente por breves instantes, irradiándolos de una manera invisible e intangible al cerebro y cuerpo de otra persona, a cualquiera distancia, a cualquier lugar y circunstancia, y a hacer que dicho pensamiento se arraigue y se tome infeccioso para que continué el proceso destructivo para el' que fue concebido.

De acuerdo con esta creencia supersticiosa, el individuo malhechor de cualquier tipo o condición, sea cual fuere su posición social, alta o baja, cualquiera que sea su grado mental o físico, cuando está en posesión de una fórmula secreta, puede deliberadamente con su mal corazón—maliciosamente y a sabiendas—transmitirla de su imaginación a la mente, al cerebro o al corazón de otro ser, como torrente o rayo siniestro de pensamiento que destruirá los corpúsculos sanguíneos, las celdas de los tejidos, de los huesos, y causar enfermedad o muerte repentina, o hacer sufrir a la víctima con ideas obsesiónales que al fin se tomarán en alucinaciones, debilitando y destruyendo la masa cerebral y haciendo del individuo así atacado una víctima de locura incurable.

Parece increíble, pero es un hecho, no obstante, que dentro del ciclo del siglo veinte, lo mismo que en el del pasado siglo diecinueve y los anteriores, se hayan escrito y publicado más libros nuevos y panfletos de historias horripilantes, tratados y conferencias, que tratan sobre la práctica de la Magia Negra, que cuanto se ha escrito en las edades obscuras.

Es asimismo increíble que en años recientes ciertas organizaciones o hermandades ocultas que se consideran de la raza blanca hayan escrito y transmitido por medio de las estaciones radiodifusoras para toda la América, comedias y dramas basados en la práctica de la Magia Negra, y les hayan concedido toda la dignidad y la integridad aparente de veracidad y posibilidad lógica.

Mas para los místicos y estudiantes de las leyes cósmicas y del orden, la creencia en el proceso de un poder destructor concebido por un individuo es inconsistente, imposible, y verdaderamente sacrílega. El místico y estudiante sincero de la ley Cósmica es el único capaz e indicado para emitir juicios en tal caso y de tal manera.

Su conocimiento y experiencia de los principios divinos Cósmicos le capacitan para realizar y ampliamente comprender que no tal proceso de trans' misión de energías destructivas o poderes ocultos de ninguna forma de pensamiento entre un individúo y otro, o entre un grupo de individuos sería factible sin la aprobación consciente, la ayuda y asistencia efectiva de la consciencia universal y el espíritu divino que inunda el espacio y que obra como un medio para la transmisión de las ondas del pensamiento, de luz y de energía de cualquiera índole.

 Por lo tanto, la creencia de que esta divina consciencia universal, Cósmica, creación de Dios, puesta en el Universo por el Creador de todo lo bueno, amable y constructivo, con el único fin de unificar todos sus principios constructivos y harmoniosos, se prestara a un proceso de destrucción totalmente contrarío a las fuerzas del Universo, constructivas y creativas y enteramente discordantes con la amable y benigna naturaleza de la consciencia, es un sacrilegio y una insubstancial y absurda superstición.

 En el mundo de invisibles y etéreas radiaciones de conceptos mentales, solo lo que es de carácter constructivo y realmente compatible y harmonioso con la naturaleza de Dios y su consciencia puede ser transmitido a través del espacio de una a otra consciencia humana, de la divina consciencia a la profana, o de la consciencia de una celda viviente a otra celda semejante. Cualquiera radiación de pensamiento, destructiva, incompatible y deforme que intente lanzarse de la mente y la consciencia de un individuo destinada a la de otro semejante, será rechazada y disuelta instantáneamente. Su eficacia es neutralizada por las fuerzas constructivas de la consciencia divina y los malos pensamientos rebotan contra la consciencia de la mente transmisora donde reaccionan sobre el individuo de mal corazón y no sobre la víctima designada.

 El místico y estudiante de las divinas leyes Cósmicas sabe bien que Dios, en el principio original de su plan de la creación previo que el hombre sería exento del dominio mental y control de la mente ajena excepto la suya propia. Todo el Universo de Dios está edificado sobre el principio de fuerzas creativas que ejercen su único y gran poder en las vibraciones de la consciencia humana. La propia mentalidad y cuerpo del hombre, en cada órgano y celda, no es más que una parte de la consciencia de Dios, el Padre de todas las cosas vivientes.

 No un solo hecho o manifestación del proceso de la Magia Negra, ha sido nunca probado o demostrado. ¿Por qué razón, entonces, va un ser humano o grupo de humanos a interesarse en promover y cultivar la creencia en la magia negra, induciendo a sus semejantes a abrazar la fe en dicha agencia diabólica? La respuesta la encontramos en el hecho de que con la promoción y difusión de tal idea, robustecida con demostraciones inventadas e imaginarias en tomo de la misma, las personas ingenuas espontáneamente desarrollan en su propia imaginación y en la consciencia objetiva del profano, un miedo cerval a un poder enigmático trocándose de ese modo en víctimas de sus propias auto creaciones de formas destructivas imaginarias.

 Aquél que teme a la magia negra, creyendo sinceramente en su existencia y poder, automáticamente se vuelve un esclavo del temor debido a la autosugestión de su propia imaginación y una víctima inocente de la maldad concebida en su propia mente. Mientras la consciencia y las ondas Cósmicas que rigen las palpitaciones del ser humano y llenan el espacio entre las almas y cuerpos de los hijos de Dios en la tierra, rehúsan recibir y transmitir los pensamientos maléficos retenidos en la mente de quien los usaría en cuerpo ajeno, dentro de nuestros propios cuerpos, nuestros nervios mortales, nuestra rígida constitución y consciencia física, alejarán de nuestra mente esos malos pensamientos, discordantes, infecciosos y ponzoñosos que nuestra propia imaginación concibió por el temor y las creencias supersticiosas.

 De esa manera, nosotros como individuos, podemos hacemos víctimas de nuestra propia malevolencia, más no podríamos caer victimizados por los pensamientos de otros. Lo que concibamos en nuestra imaginación a base de falsas creencias y permitamos que se convierta en una ley o mandato dentro de nuestro propio ser, es lo que constituye una forma de envenenamiento mental.

Todos los mortales somos más o menos víctimas de este auto ‘envenenamiento desde el principio de nuestra existencia hasta el fin, a menos que por medio de la ilustración, hayamos aprendido a protegemos contra los efectos diabólicos de los malos pensamientos. Pero no es esta forma de envenenamiento mental la que está causando, creando, produciendo y manifestándose en nuestra moderna civilización, los sufrimientos horribles, innecesarios y malditos que hacen millones de víctimas día tras día y hora tras hora, entre la especie humana.

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿QUÉ ES UNA ESCUELA ESOTÉRICA?

Parte I

Los espejismos que esclavizan a la humanidad.