LOS INTERVALOS Y LOS CICLOS
Material compilado únicamente para las Adicciones sin fines de Lucro.
Maestro Tibetano Djwhal Khul
(Alice A. Bailey).
Tratado Sobre Magia Blanca.
LOS INTERVALOS Y LOS CICLOS
Llegamos ahora a las cuatro reglas que conciernen al plano físico. De
muchas maneras la comprensión de esta regla es más difícil que las otras, así
como la aplicación práctica lo es mucho más que la teórica. Con frecuencia
pensamos con claridad y deseamos correctamente, pero nunca es fácil elaborar
las ideas subjetivas y realizarlas en el plano físico de acuerdo a la ley y constructivamente.
Sin embargo, el mago blanco inicia su verdadero trabajo precisamente en este
punto, y es allí justamente donde fracasa y descubre que la captación interna
de la realidad tiene corno resultado necesariamente una actividad creadora
correcta. En Tratado sobre Fuego Cósmico, hay ciertos puntos que sería de
interés considerar y quisiera citar en pocas palabras algunos de ellos:
"Sería útil recordar aquí, que en el trabajo de creación, el mago
blanco aprovecha la influencia del rayo en vigencia. Cuando el tercero, quinto
y séptimo rayos se hallan en el poder, ya sea entrando en pleno cenit o
saliendo de él, el trabajo es mucho más sencillo que cuando dominan el segundo,
sexto o cuarto rayos. En la actualidad, como sabemos, el séptimo rayo está
empezando a dominar rápidamente, y es una de las fuerzas con las cuales puede trabajar
el hombre más fácilmente. Bajo la influencia de este rayo podrá erigirse una
nueva estructura para la actual decadente civilización y construirse el nuevo
templo para el impulso religioso. Mediante su influencia se facilitará
grandemente el trabajo de los numerosos magos inconscientes".
Es evidente, por lo tanto, que el día de la oportunidad está con nosotros
y que la venidera generación puede, si lo desea, efectuar el trabajo mágico con
la mayoría de los actuales factores que traerán resultados satisfactorios. El
quinto rayo está pasando, pero su influencia todavía se hace sentir; el tercer
rayo está en pleno meridiano, y el séptimo rayo está entrando rápidamente en la
correcta actividad. En consecuencia, muchas cosas ocurrirán hasta que el hombre
triunfe, siempre que pueda mantener constantemente una correcta orientación,
pureza de móvil y de vida, un cuerpo emocional estabilizado y receptivo, y ese
alineamiento interno que haga de una personalidad un verdadero vehículo para su
alma o ego.
Una analogía muy interesante se presenta cuando estudiamos las palabras:
"La trama palpita. Se contrae y dilata". La idea subyacente es la del
latido, diástole y sístole, flujo y reflujo de la actividad cíclica, el día de
la oportunidad y la noche de la inactividad, la absorción y la expulsión, y
esas numerosas apariciones y desapariciones que marcan la corriente de la vida
en todos los reinos y dimensiones. Este ciclo del día y la noche, que es la
inevitable señal de la existencia manifestada, tiene que ser reconocido. Todo
discípulo debe adquirir (poniendo la verdad en términos sencillos) esa
sabiduría basada en el conocimiento de cuándo corresponde trabajar o no, y en
la comprensión de esos períodos e intervalos que se caracterizan por la palabra
y el silencio. Es aquí donde se cometen muchos errores y fracasan la mayoría de
los trabajadores.
Esta regla podría darse en la siguiente paráfrasis que merece cuidadosa
reflexión y que elucidaré en parte.
Dios respira y Su vida palpitante emana de Su corazón divino,
manifestándose como energía vital en todas las formas. Fluye, palpitando en sus
ciclos, a través de toda la naturaleza. Constituye la divina inhalación y
exhalación. Entre esta exhalación e inhalación viene un período de silencio y
un momento de trabajo efectivo. Si los discípulos pueden aprender a utilizar
estos intervalos, podrán liberar a los "prisioneros del planeta",
objetivo de todo trabajo mágico efectuado durante este período mundial.
Respecto a la manera en que trabaja la Vida Una del sistema solar, en
estos grandes intervalos de silencio meditativo, denominados técnicamente
pralaya, no es necesario ocuparse. La actividad de la Mente Universal y su
propósito comprensivo, sólo pueden ser percibidos cuando cada hijo de Dios
entra conscientemente en posesión de su herencia divina. El modo de trabajar,
mediante el cual nuestra Vida planetaria utiliza los cielos de silencio,
concierne a Él únicamente, y hay que recordar que cada Logos planetario tiene
una pulsación diferente, un intervalo periódico variable y Su propio y único
método de proceder.
A quien estudia estas instrucciones le interesa poder lograr una
actividad definidamente constructiva, en sus intervalos. Estos intervalos para
los propósitos de nuestra consideración, caen bajo tres categorías:
1. Los intervalos de la vida, o esos períodos en que el hombre espiritual
está fuera de encarnación y se ha retirado dentro de la conciencia egoica.
Prácticamente no existen para el que está poco evolucionado; pasan cíclicamente
y con asombrosa rapidez dentro y fuera de encarnación. La analogía en el plano físico
de esta rápida actividad se encuentra en el intenso ir y venir del hombre común
a medida que enfrenta las exigencias de la existencia, y también la dificultad
para obtener el equilibrio meditativo, evidenciada por la impaciencia y
expectativa. Durante el progreso, se alargan constantemente los períodos fuera
de la encarnación, hasta el punto en que son mucho más extensos que los pasados
en expresión externa. Entonces el intervalo domina. Los períodos de salida
(exhalación) y entrada (inhalación) son relativamente breves y el punto que debe recalcarse ambos períodos están matizados y controlados
por los propósitos del alma, formulados y registrados en la mente durante el
intervalo entre dos etapas más activas de experiencia. La vida interna,
lentamente desarrollada durante los intervalos cíclicos, llega a ser el factor
dominante. El hombre se hace gradualmente subjetivo en su actitud, y la
expresión en el plano físico es principalmente el resultado de la vida mental
interna, y no tanto el resultado de la reacción a los acontecimientos en el
plano físico y a la inquieta naturaleza del deseo.
2. El flujo y el reflujo de la vida diaria en una encarnación dada,
también demostrarán sus intervalos, y el estudiante debe aprender a
reconocerlos y utilizarlos. Además, ha de registrar la diferencia entre la
intensa actividad saliente, períodos de retiro e intervalos, en que la vida
externa parece estática y sin interés activo. Esto debe hacerlo si quiere
aprovechar plenamente la oportunidad que la experiencia de la vida le ofrece.
La totalidad de la vida no tiene que estar concentrada en un violento y continuo
período de trabajo, ni tampoco comprendérsela como una eterna siesta. Tiene
normalmente su propio latido rítmico y vibración y su propia y especial
pulsación. Algunas vidas cambian su ritmo y modo de actividad cada siete años,
otras cada nueve u once. Aún otras actúan en ciclos más cortos con meses de
enérgicos esfuerzos, seguidos de meses de aparente inactividad. Algunas
personas están tan sensiblemente organizadas que, en medio del trabajo,
acontecimientos y circunstancias, se ven forzadas a un retiro temporal en el
que asimilan las lecciones aprendidas durante el precedente período de trabajo.
Dos grupos de seres humanos trabajan aparentemente sin ningún flujo y
reflujo en el plano físico, pero manifiestan un constante impulso para
trabajar. Éstas son personas tan poco evolucionadas, tan por debajo de la
escala de la evolución (si puedo expresarlo así) y tan predominantemente
animales, que no hay ninguna reacción mental a los acontecimientos o circunstancias,
sino simplemente una respuesta al llamado de las necesidades físicas y la
utilización del tiempo para la satisfacción de los deseos. Esto nunca cesa; por
lo tanto poco existe de lo que puede denominarse cíclico. Entre ellos están
incluidos el trabajador inculto y el hombre sin civilización. También existen
esos hombres y mujeres que se hallan en la escala opuesta, habiendo ascendido
relativamente más alto en la escala del progreso. Se han emancipado
completamente de lo puramente físico y perciben íntimamente la naturaleza de
deseo, por lo cual han aprendido a mantener una actividad continua basada en disciplina y servicio. Trabajan
conscientemente con los cielos y comprenden algo de su naturaleza. Conocen el
divino arte de abstraer su conciencia en el alma en contemplación, y pueden
controlar y guiar sabiamente su trabajo en el mundo de los hombres. Ésta es la
lección que todos los discípulos están aprendiendo y la elevada realización de
los iniciados y trabajadores entrenados de la raza.
3. El tercer tipo de intervalo, que nos interesa primordialmente al
considerar el trabajo mágico en el plano físico, es el logrado y utilizado
mediante el proceso de meditación, y con el que el estudiante debe
familiarizarse, porque de otra manera será incapaz de trabajar con poder. Este
intervalo o período de intenso silencio se divide en dos partes:
Existe ante todo el intervalo denominado contemplación. Quisiera
recordarles la definición dada en un libro de Evelyn Underhill que describe la
contemplación como un "intervalo entre dos actividades". Este período
de silencio sigue a la actividad (tan difícil para el principiante) de
conseguir el alineamiento entre alma, mente y cerebro, aquietar el cuerpo
emocional y lograr esa concentración y meditación que servirá para enfocar y
reorientar la mente sobre un nuevo mundo, y ubicarlo dentro de la esfera de influencia
del alma. Es análogo al período de inhalación. En este cielo, la conciencia
saliente se recoge y eleva. Cuando este esfuerzo es coronado por el éxito, la
conciencia entonces se desliza fuera de
la llamada personalidad, el aspecto mecanismo, y se produce un cambio en la
conciencia. El alma llega a ser activa en su propio plano y de esta actividad
son conscientes la mente y el cerebro. Desde el punto de vista de la actividad
de la personalidad, se produce un intervalo. Hay un punto de inspirada espera.
El mecanismo está completamente pasivo, la mente firme en la luz, y mientras
tanto el alma piensa, como habitualmente lo hace, al unísono con todas las
almas, extrayendo de los recursos de la Mente Universal y formulando su propósito
de acuerdo al plan universal. Este cielo de actividad registrada del alma es
seguido por lo que podría llamarse el proceso de exhalación. El intervalo llega
a su fin; la mente expectante vuelve a la actividad y en la medida que ha sido correctamente
orientada y mantenida en una actitud puramente receptiva, se convierte en
intérprete e instrumento del alma, que ahora ha vuelto la "luz de su
rostro sobre la personalidad atenta" Por ese medio puede ahora desarrollar
los planes formulados en el intervalo de la contemplación. La naturaleza
emocional es arrastrada por el deseo de hacer objetivos los planes, con lo cual
la mente reorientada trata de colorar sus experiencias, y luego el cerebro
recibe la impresión transmitida, y la vida del plano físico es entonces
reajustada para materializar debidamente esos planes. Esto por supuesto implica
un mecanismo entrenado, ajustado y correctamente responsivo, algo que raras
veces se encuentra.
La segunda parte del intervalo sólo llega a ser posible cuando se ha
alcanzado el primero o intervalo contemplativo. El discípulo que trata de
cooperar con la Jerarquía de Maestros y lo manifiesta mediante activa
participación en Su trabajo en el plano físico, debe aprender a trabajar no
sólo a través de la realización contemplativa, sino también mediante la
utilización científica de los intervalos, desarrollados por medio de la respiración,
entre los puntos de inhalación y exhalación, en el sentido puramente físico del
término. Ésta es la verdadera ciencia del prana Yama y su objetivo. La
conciencia cerebral se halla necesariamente implicada. El intervalo entre
respiraciones sólo puede usarse correctamente cuando el hombre ha alcanzado el poder
de seguir el intervalo de contemplación que afecta al alma, la mente y el
cerebro. Así como la mente se ha mantenido en la luz y receptiva a las
impresiones del alma, del mismo modo el cerebro debe ser receptivo a las
impresiones de la mente.
Por lo tanto, tiene lugar un intervalo (desde el punto de vista del alma
unificada con la personalidad) después del período de inhalación del alma,
cuando la conciencia que va hacia fuera se vuelve dentro; el otro se efectúa al
final, cuando el alma va de nuevo conscientemente hacia fuera, al mundo
objetivo; la exhalación es reemplazada por la inhalación y esto también tiene
su intervalo. El discípulo debe aprender a utilizar con facilidad estos dos
intervalos del alma uno de los cuales
provoca efectos sobre la mente y el otro sobre el cerebro.
Hay una analogía en el plano físico de este proceso de inhalación y
exhalación divina, con sus dos intervalos de silencio y pensamiento. Permítanme repetir los efectos
de estos intervalos. En el intervalo más elevado, el pensamiento abstracto o
divino, impresiona al alma y es transmitido a la expectante mente; en el otro,
por el pensamiento concreto y el intento de incorporar el pensamiento divino en
la forma, la mente impresiona al cerebro y produce la actividad mediante el
cuerpo físico.
Los estudiantes de ocultismo que han demostrado su devoción y equilibrio mental, y que (usando una fórmula antigua de las escuelas de meditación) han cumplido los cinco mandamientos y las cinco reglas y adquirido el correcto equilibrio, pueden comenzar a utilizar los intervalos entre los dos aspectos de la respiración física, con el objeto de desarrollar una actividad intensa y utilizar el poder de la voluntad para producir efectos mágicos. Enfocada la conciencia en el cerebro y habiendo participado en el trabajo de contemplación, puede ahora continuar con el trabajo de materialización del plan, en el plano físico, mediante la energía enfocada de la voluntad, empleada en silencio por el hombre consciente. Como puede verse, estos intervalos de respiración son igualmente dos, después de la inhalación y de la exhalación, y cuanta más experiencia tenga el discípulo, tanto más largo será el intervalo y, en consecuencia, mayor la oportunidad para el trabajo mágico centralizado y la pronunciación de esas palabras de poder que permitirán cumplirse el propósito divino.
No sería correcto ni apropiado extenderme sobre la forma de utilizar estos "puntos medios", según se los denomina en esta regla, de los cuales se apropia el mago y los emplea en el trabajo constructivo. En ellos utiliza conscientemente la energía, dirigiéndola de la manera que le parece más apropiada; entra conscientemente en contacto con esas fuerzas y vidas que puede utilizar, y les ordena aportar lo esencial para activar los propósitos espirituales y construir las formas y organismos necesarios; con ellos lleva adelante el trabajo de liberar a los "prisioneros del planeta", y se hace consciente de sus colaboradores, el grupo de místicos mundiales de la jerarquía de almas.
En instrucciones de esta índole, que leerá todo el público, sería
imprudente dar direcciones más explícitas. Mucho no se ha dicho, a fin de que
sólo el estudiante que posee un profundo conocimiento, logre las necesarias
correlaciones que le permitirá llevar adelante el "trabajo de los
intervalos", donde únicamente puede realizarse el trabajo mágico. Se
preguntarán: ¿Por qué? y ¿Por qué los secretos de la respiración están tan
celosamente guardados? Porque la eficacia de la magia negra se encuentra
justamente ahí. Hay un punto en que ambas, la magia negra y la blanca, emplean
necesariamente una etapa similar en el trabajo. Ciertos hombres, con fuertes
voluntades y mentes claras y entrenadas, pero animados por propósitos
estrictamente egoístas, han aprendido a emplear el más bajo de los dos intervalos
del alma el que concierne a la relación
entre la mente y el cerebro.
Mediante la intensa aplicación y un conocimiento de la ciencia de los
centros pueden desarrollar sus planes egoístas e imponer su voluntad y
autoridad mental sobre los "prisioneros del planeta". De esa manera
han causado mucho daño. No desean participar en el intervalo superior, en el
cual el alma está activa y la mente responde. La actividad intelectual y la
respuesta del cerebro a las impresiones de la mente es todo lo que les concierto.
Como puede verse, tanto los magos blancos como los negros emplean el intervalo
inferior, y los dos conocen el significado de los intervalos de la respiración
física. Pero el mago blanco trabaja desde el nivel del alma hacia fuera, en el
mundo manifestado, y procura efectuar el plan divino, mientras que el mago
negro trabaja desde el nivel del intelecto, procurando obtener sus propios
fines separatistas. La diferencia no sólo reside en el móvil, sino también en
el alineamiento y su radio de conciencia y campo de expansión. Por lo tanto,
verán por qué todos los verdaderos instructores evidencian tan extremas
precauciones, mientras se esfuerzan por enseñar la naturaleza del trabajo mágico.
Sólo quienes han sido puestos a prueba y son leales, desinteresados y puros,
pueden recibir las instrucciones completas. A todos puede dárseles información
concerniente al intervalo mayor de alma mente y mente cerebro. Únicamente a
unos pocos puede confiárseles la información más importante concerniente a los
intervalos menores, efectuados en el cuerpo físico entre una respiración y otra
y en la conciencia del cerebro.
Otro punto podría ser de interés antes de hablar sobre, los “prisioneros
del planeta" y el trabajo que debe realizarse con ellos.
La humanidad está pasando actualmente a través de un ciclo de excesiva
actividad. Por primera vez en la historia humana esta actividad abarca a la
humanidad en gran escala, en los tres aspectos de la conciencia de la
personalidad. El cuerpo físico y los estados de conciencia emocional y mental
están grandemente trastornados. Esta triple actividad unificada es acrecentada
por un cielo de intensa actividad planetaria, debido a la entrada en una nueva
era, al desplazamiento del sol a un nuevo signo del Zodiaco y a la consiguiente
preparación que capacitará al hombre para trabajar fácilmente con las nuevas
fuerzas y energías que actúan sobre él. En el centro de la vida humana, el
grupo integrador de los nuevos servidores del mundo debe enfrentar, por lo
tanto, una verdadera necesidad. Su trabajo primordial consiste en mantenerse en
estrecha unión con el alma de la
humanidad constituida por todas
las almas en su propio nivel del ser, mediante la propia actividad del alma
organizada, para que siempre haya quien "trabaje en los intervalos" y
así permitir que progrese el plan y la visión, ante los ojos de quienes aún no
pueden penetrar en el lugar elevado y secreto.
Como muchas veces he dicho, ellos deben aprender a trabajar subjetivamente, a fin, de mantener en este ciclo de actividad y expresión esotérica el poder, latente en todos, de retirarse al centro. Hablando simbólicamente, ellos constituyen la puerta. Las facultades y los poderes se pueden perder por no emplearlos; el poder de divina abstracción y la facultad de hallar lo que ha sido llamado "el sendero dorado que conduce al claro estanque y de allí al Templo de Retiro", no deben perderse. Éste es el primer trabajo del Grupo de Místicos Mundiales, y deben conservar abierto el sendero y el camino libre de obstáculos. De otro modo la magia blanca podría dejar de existir temporalmente, y asumir indebido control los propósitos egoístas de la naturaleza forma. Este lamentable acontecimiento ocurrió en los días de la Atlántida, y los que entonces formaban el grupo de trabajadores tuvieron que retirarse de toda actividad externa y "abstraer los divinos misterios, ocultándolos de los curiosos y de los indignos".
Ahora se está haciendo un nuevo intento para liberar a "los
prisioneros del planeta". La Jerarquía, mediante el grupo de servidores
del mundo, en proceso de formación, procura restaurar los misterios a la
humanidad, a la cual realmente pertenecen. Para el triunfo de este intento es
fundamentalmente necesario, a quienes han percibido la visión y visto una parte
del plan, dedicarse nuevamente al servicio de la humanidad, consagrarse al
trabajo de ayudar hasta el máximo de su capacidad (reflexionen sobre estas
palabras y extraigan su significado), a todos los servidores del mundo y
sacrificar su tiempo y dinero en acrecentar el esfuerzo de los Grandes Seres.
Ante todo no dejen de practicar la meditación; mantengan la unión interna;
piensen en la verdad en todo momento. La necesidad y la oportunidad son
grandes, y todos los que pueden ayudar son llamados al frente de batalla. Por
lo tanto, todos pueden ser útiles de alguna manera si cada uno y todos
comprenden la verdadera naturaleza del sacrificio, desarrollan habilidad en la
acción y trabajan sin apegos.
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